Biografía de Cardano
Nació en Pavía el 24 de septiembre de 1501. Pudo estudiar en su ciudad y después en la Universidad de Padua hizo la carrera de Medicina. Ser médico fue su verdadera profesión y se dedicó a la matemática sólo por pasatiempo. Posiblemente su obra más original son unos escritos sobre juegos de azar que lo hacen el creador del cálculo de probabilidades. Claro que este tema se debe a su afición por el juego que llegó a convertirse para él, en algún momento, en un medio de vida.
A pesar de que, a diferencia de la de Tartaglia, su vida comenzó en términos que podían hacer pensar que llegaría a ser un hombre tranquilo y honorable, fue mostrando con el correr del tiempo rasgos tan especiales que lo convirtieron en todo lo contrario. Ejerció la medicina en Sacco y en Milán en el período que va desde 1524 a 1556 y en ese tiempo estudió matemática y publicó sus principales obras. Después de viajar por Francia, Inglaterra y Escocia regresó a Milán y en 1534 se hizo cargo de una cátedra en la Academia Palatina. Cuando posteriormente perdió esa cátedra, volvió a Pavía.
Obtuvo un puesto en la Universidad de Bologna gracias al respaldo que le dio el cardenal legado pero la verdad es que Cardano tenía otras ocupaciones además de la medicina y de la matemática; una de ellas era la astrología. Pero lo que lo metía en situaciones difíciles era además ciertas características de su temperamento que quedaron para siempre en sus memorias. De él se ha dicho que "no era muy honesto, un poco astrólogo y charlatán y otro poco ateo y soplón". En su Autobiografía él mismo se define con estas palabras: "He recibido de la naturaleza un espíritu filosófico e inclinado a la ciencia. Soy ingenioso, amable, elegante, voluptuoso, alegre, piadoso, amigo de la verdad, apasionado por la meditación, dotado de talento inventivo y lleno de doctrina. Me entusiasman los conocimientos médicos y adoro lo maravilloso. Astuto, investigador y satírico, cultivo las artes ocultas. Sobrio, laborioso, aplicado, detractor de la religión, vengativo, envidioso, triste, pérfido y mago, sufro mil contradicciones. Lascivo, misántropo, dotado de facultades adivinatorias, celoso, calumniador e inconstante, contemplo el contraste entre mi naturaleza y mis costumbres."
La cuestión es que para el tiempo en que estaba en la Universidad de Bologna recomendado por el cardenal no tuvo empacho en hacer el horóscopo de Jesucristo y fue a parar a la cárcel. Esto sucedió el 14 de octubre de 1570 y salió un año después pero con la prohibición de dar clase en cualquier lugar de los Estados Pontificios. De modo que se marchó a Roma donde se dedicó a la Astrología y llegó a ser el astrólogo más renombrado de su época.
Aunque parezca difícil imaginar de esta manera a un matemático célebre, lo cierto es que las locuras de Cardano llegaron a extremos insospechados. Confería a su cumpleaños una importancia capital en la Historia y dijo públicamente que sus facultades adivinatorias le permitían predecir el día de su muerte que sería el 21 de
septiembre de 1576. Nunca sabremos del todo qué quiso decir con eso porque llegado el día se suicidó. El más grande de sus hijos parece que fue sentenciado a muerte porque había asesinado a su propia esposa. También se sabe que cuando el menor iba a ser llevado a la cárcel, vaya a saber por qué motivos, Cardano lo castigó nada menos que cortándole las orejas. A causa de esto tenía que dar cuenta a las autoridades pero se salvó por influencia de Gregorio XIII. Lo curioso es que ese favor no se lo ganó por su prestigio de médico ni de matemático sino por ser el astrólogo de la corte.